El cuerpo es la materia, nuestra dimensión más densa y primera, el recipiente y vehículo que nos permite experimentarnos. Es materia, que lleva millones de años existiendo; en ella reside mucha información. Es por eso que el cuerpo sabe de una forma genuina, orgánica, natural y esencial, por lo que aprender a escuchar su lenguaje a través de las sensaciones y volver a confiar en él resulta clave para habitarnos plenamente y de forma saludable, expandir nuestra conciencia y acompañarnos en los cambios vitales que naturalmente transitamos.
En el cuerpo van quedando registradas todas nuestras vivencias, generando corazas corporales que tienen que ver con el carácter que vamos desarrollando. El trabajo con el cuerpo flexibiliza esas corazas y, a la vez, flexibiliza el carácter y los patrones mentales y emocionales que nos dificultan vivir de manera plena y gozosa pues existe una correlación directa entre todos nuestros cuerpos y dimensiones: física, mental, emocional, energética y espiritual.
El tacto consciente es una herramienta que nos permite, de manera amable y amorosa, llevar nuestra atención al cuerpo, allí donde reside información orgánica esencial a la que muchas veces no atendemos de manera saludable por falta de hábito. El masaje nos acerca a nuestra verdad más íntima y profunda y nos ayuda a experimentar de manera consciente nuestra energía vital y creativa.
El tacto llega con su información de forma directa, generando conexiones y comprensiones profundas en el Sistema Nervioso que no pasan por el filtro de tantas creencias y condicionamientos racionales y limitantes que hemos ido generando y que, muchas veces, nos desconectan de nuestra verdad más esencial.
De esta manera, nos permite tener experiencias positivas que ayudan a que nuestro Sistema Nervioso confíe y se relaje, llenando el recipiente que somos con sensaciones positivas de amor y confianza y ayudando a que otras experiencias almacenadas y quizás menos positivas puedan ir empapándose de esta nueva información.
El tacto consciente, desde la presencia amorosa, permite:
- Relajar cuerpo y mente, entrando en estados profundamente meditativos que te ayudan a darte cuenta, reconocerte y validarte.
- Habitar plena y conscientemente el cuerpo y entrar en contacto con su sabiduría, restaurando la confianza en las sensaciones.
- Abrirte a sentir de manera más plena y confiada, dejando que suceda lo que está sucediendo, sin reprimir o retener.
- Abrir los principales canales energéticos, permitiendo que la energía fluya libremente por el cuerpo.
- Despertar, explorar, reconocer y conocer la energía vital, sexual, creativa (todo tu poder) y todas sus cualidades, para ponerlas al servicio de tu vida (sobre todo, a través del masaje tántrico)
- Aumentar la consciencia corporal y energética.
- Reconocer, liberar y transformar antiguas emociones (también en forma de pensamientos), acogiéndolas en un espacio seguro y de confianza.
- Ser consciente de cada parte del cuerpo y de él en su conjunto y unidad.
- Comprender a nivel vital y orgánico traumas, necesidades y límites más allá de la comprensión a nivel mental.
- Generar experiencias positivas en el Sistema Nervioso que alivian las traumáticas almacenadas
Los masajes Tantra de “Con·Tacto profundo” son masajes vivos, que, todo y seguir una estructura, se basan en lo que la persona necesita en el momento. Son sesiones individualizadas en las que se incluyen también recursos de comprensión y conexión con el cuerpo físico, mental, emocional y energético que nos ayudan a entrar en contacto con aquello esencial que somos y hemos ido olvidando; aquello que necesitamos recuperar para poder vivir de manera gozosa, responsable, libre, auténtica y plena nuestra vida en todas sus dimensiones.
Una característica particular y clave es el uso de la respiración consciente, que sirve como vehículo de movilización energética y atención plena.
Detrás de la “técnica”, subyace lo más importante: la actitud de presencia, amorosa y de profunda escucha y respeto, que permite a la persona sentirse cuidada y sostenida, facilitando que todo el organismo se relaje, accediendo a estados naturales de paz, expansión, seguridad y confianza.
Son masajes con pases largos y movimientos más bien suaves, que combinan diferentes ritmos y presiones por todas las zonas del cuerpo. Atienden una a una las diferentes partes, que se van integrando poco a poco, ayudando a la persona a tomar consciencia de cada una de ellas y, finalmente, de todas ellas en su totalidad, expandiendo su consciencia corporal.
Además de los pases que ayudan a abrir espacio en el cuerpo, se movilizan las articulaciones para poder soltar y sentir el peso de cada parte, permitiendo que la persona suelte más fácilmente y se entregue a la experiencia presente.
Éstos son masajes que inciden en los principales canales y centros energéticos (o chakras), los cuáles albergan mucha información física, emocional y psicológica; abren los principales canales y movilizan nuestra energía para que pueda circular libremente por todo el organismo, ayudando a destensionar y liberar nudos estancados, producto de las tensiones que generamos al no mirar de manera consciente lo que sentimos y pensamos.
Cuando nos aquietamos y conectamos con ese SABER profundo ESENCIAL tan olvidado: que no hay ningún otro lugar mejor al que llegar, nada que cambiar… nada que mejorar…
Cuando nos dejamos en paz y nos permitimos descansar en el vacío del silencio, rebosante de sabiduría natural.
Porque siempre es AQUÍ donde la vida tiene lugar, donde la magia sucede, sin esfuerzo, sin prisa. A su ritmo natural.
Gracias por estar. Un cálido abrazo.